martes, 9 de junio de 2009

El fascismo del Siglo XXI

El fascismo del Siglo XXI.


Hace ahora dos años aproximadamente, un joven madrileño murió apuñalado en Madrid a manos de una “escuadra” fascista que amparándose en nuestro débil sistema legal tuvo la posibilidad de poder salir a la calle con sus denostados símbolos que nos traen a nuestra memoria tristes recuerdos de muerte y desolación. Cuando una sociedad que después de una larga dictadura construida sobre la base de un golpe militar, en la que todavía hoy algunos que se nos presentan como alternativa de gobierno se niegan a condenar, es incapaz de crear un marco legal que impida la existencia de partidos políticos no democráticos, que utilizan símbolos como la bandera preconstitucional, el yugo y las flechas, la cruz gamada, o el litorio fascista, es una sociedad débil que no ha aprendido lo suficiente de su reciente historia.

Muy posiblemente los autores de la muerte del joven madrileño no saben quién fue ni Ramiro Ledesma , ni Onésimo Redondo, ni José Antonio Primo de Rivera, ni Ramiro de Maeztu, , ni la Brigada Político Social, Incluso negarán la realidad de los campos de concentración, las cámaras de gas, . La libertad, los partidos políticos los considerarán instrumentos de una sociedad débil, elementos perniciosos para la Nación. Tal sin sentido debe ser motivo de seria preocupación : algo debemos haber hecho mal como para estar en esta situación en estos inicios del siglo XXI.

Estos jóvenes representan un fascismo sociológico que de momento no ha encontrado ni el armazón ideológico ni el “conductor” que los aglutine en torno a un discurso populista , formalmente bien presentado que puede suponer para aquellos que en un momento determinado, ante la decepción de los partidos políticos tradicionales, puedan sentir la “atracción fatal” de algo diferente que les va a dar respuestas convincentes a los males de esta sociedad. El recurso a la inmigración, la idea de que los partidos no aportan soluciones , de que la seguridad es más importante que la libertad son los argumentos que utilizados con habilidad y con un buen aparato de propaganda pueden facilitar el salto del fascismo sociológico al ideológico. Llegado a ese punto la vuelta atrás es realmente difícil. España , a pesar del optimismo de algunos, aún no ha superado ciertos estilos autoritarios, todavía existe entre nosotros un cierto poso que rezuma cierta pestilencia ideológica.

Es injustificable la falta de respuesta en ámbitos como el de la Universidad : cómo se puede explicar esta falta de sensibilidad ante una muerte violenta por razones ideológicas. Sólo encuentro una explicación en la convicción de que estamos ante una crisis de valores de tal magnitud que hemos sido capaces de asumir como un mero incidente juvenil algo tan repugnante como la muerte de un joven por razones de odio ideológico, eso lo convirtió en enemigo al que hay que abatir y al que sus verdugos dieron muerte.

Los valores democráticos, la tolerancia y el respeto por los derechos humanos son elementos indispensables de una sociedad moderna , pero la debilidad y la falta de firmeza a la hora de enfrentarse a problemas como el de la muerte de este joven madrileño son señales claras de que tenemos mucho camino por recorrer para fortalecer nuestra sociedad ante las amenazas del fascismo.


Tomás Gil Márquez-Profesor de Derecho Constitucional

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